ESPALDA DE PAPEL

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Cádiz, Andalucía, Spain
canastera de versos, alma de mujer... deseo tener las alas de la poesía. Espero de ti amigo lector, me sigas por este mundo mágico de la palabra. Aquí mis sueños, aquí mis desvaríos desde la cordura y la locura de ese alma que pretende no serte ajena. Espalda de papel. A flor de agua. Con el alma en pie. Blog© 2008

lunes, 31 de octubre de 2011

Fruto Prohibido



Conozco todos y cada uno
de los rincones de tu pensamiento.
Sé que me vives en el jardín de ensueños
donde árbol frondoso, alargas la sombra
de tus ramas y aún las quiebras, por dar cobijo
a esta alegría tornada amarga con que sueño
tumbada sobre tus raíces. Allí, donde fui a parar
cuando un mal golpe de madurez me arrancó de ti.

Pero también sé del pozo negro, que ocupa el centro,
sé de la diligencia con que me arrojas a él
como si yo fuese un fruto ajeno a tus venas,
una especie de injerto abominable
que el destino inyectó a tus semillas primigenias.
Algo, que nadie debiese contemplar si estupor.

Sé cómo te duelo cuando harta de sombra y negrura
broto de un muñón inesperado en una de tus ramas,
y sé, cómo te reconoces en mi piel.
Cómo te parezco más tuya
que cualquiera de las jugosas carnes de dorada piel
que penden de tus brazos más longevos.

Los frutos prohibidos no contienen maldad,
ellos tan solo suceden a veces, en contra de su voluntad
sobre formas de pensamiento que ni de lejos,
están a la altura del pecado.

miércoles, 3 de agosto de 2011

La Hiedra de Tu Nombre

Cada vez que intento escribir un poema
sobre una rosa, un campanario, un viejo amigo...
aparece tu nombre enraizado en alguna palabra,
y se me crece en el verso, como hiedra sobre la muralla.
Piedra a piedra trepando mis alturas.

sábado, 19 de febrero de 2011

Llévate un Fragmento de Mi Alma

Llévate un fragmento de mi alma,
compón para ella una oración que yo
con liviana melodía, repita en mis rezos.
Una oración,
un ciclo recurrente donde lo efímero de una plegaria
se eleve y diluya, en la respuesta eterna del Universo.
Como en una letanía nómbrame Roma
que yo repetiré: Amor.
Al fin y al cabo no desaltera el orden de las letras
el orden de la vida, ni entrará el universo en el caos profundo
si me exilio tras mi rezo,
a la ciudad de los templos derrumbados,
porque es en la piedra donde reside lo imperecedero.
Un canto romo de siglos y una oración,
habrán de ser mi único ajuar cuando muera,
pero mientras viva,
el aura de tu oración me envolverá en su mantra,
y será en mi puño cerrado donde retendré la piedra
que es fortaleza, que es ansias de vivir, que es fe,
que es tiempo que paso por el tiempo
pero jamás ruinas
para los ojos sabios que la contemplan sabiendo,
que alguna vez,
formó parte de un bello capitel, en la ciudad de los templos elevados.
Así me quiero: oración, piedra, tiempo, capitel...
del hermosísimo templo de tu memoria.