salen del aparato de música.
La Italia toda se instala en casa,
En nuestra casa.
Callejuelas empedradas,
estrechas,
las fontanas,
las bicis, los ruidos.
¡Agua va! grita alguien por la ventana,
ropas tendidas cruzan la calle.
¡Vito! ¡Vito!
¡Andiamo a casa!
¡Ahhh! la música, sempre la música.
El sol mediterráneo
bruñendo aún más si cabe
las historias y sus personajes:
El tendero,
el cartero,
la manma,
Pier Paolo,
la pequeña Melina;
todos regresan con efecto placebo a mi memoria
endulzando mis recuerdos de azul y de agua,
de flores tempranas.
Y las curvas de la carretera
bajando el acantilado,
con el mar al frente,
envuelto mi cabello en el fular verde
que me regalaste.
Envueltos mis pensamientos,
en que tu alcoba me esperaba.
Dedicada a Yvette Nino Schryer, escritora de origen argentino ubicada en Israel.
