No me vengas con esas de que te fuiste con mi amor a otra parte. No me digas que no fue el olvido sino trasiego del alma lo que vertiste en los oídos de otra mujer; inocentes oídos que se llenaron de ti, (como yo, de golpe en una tarde de verano) del hombre solitario a medias entre el romántico y el truhán, entre el veneno y el néctar, entre el suicidio y la vida.
No, no me vengas con esas del vacío de tu alma, si con las ganas llenas deambulaste de los mercadillos a los versos, de los versos a los besos como si a los conceptos, se les pudiese aplicar un bálsamo que desinflamase las escoceduras que producen. No me nombres a las otras que embaucaste con tu verbo y tu grácil sonrisa, con el eco de tu voz,... que ya conozco el desenlace.
No me digas que al fin me esperabas postrera, que de ti para mí el poema sublime. No me vengas con esas, no me digas nada que ya no me fío ni de lo que fue mi sombra perdida en la edad de la inocencia
Rosario Sánchez Cubelo. (Rescatando olvidadas y viejas poesías. Despeñadas como hijos deformes de espartanos )
Hay un recuerdo de ti en esta noche en vela. Palpo entre costurones, los sueños que ayer unieron nuestros cuerpos. Comprendo, tal vez tarde, que artilugios de amor, los versos, no deben usarse en vano; y los míos ya no alcanzan su fin. Se desprendió de ellos ese verbo primigenio, inocente, con que escribía para ovillar tu nombre entre sus volutas.
¿Qué haré? Qué haré en esta noche en vela si se impuso el tiempo del silencio, y andan las horas desplomándose, mudas de cansancio sobre mi vientre. Qué haré si sonó un toque de queda, una orden de retirada a todas las palabras que escogí para definirte, para reconocerte… ¿Qué haré?
Búscame en las navajas de la noche, en esas horas hirientes del vacío, donde la luna, recibe conjuros y provoca la locura.
Búscame bajo tus párpados cansinos y en los ensueños de tus deshoras. Cuando sientas que la almohada, tu amante compañera, tu única amiga... esquiva su regazo al guerrero que dentro de ti le implora hospedaje.
Búscame cuando el engaño te cuente de mi vida, no escuches su voz, que nada sabe, que todo inventa trayéndote de mí lo que no existe. Lo que no es.
Búscame, búscame asomada en las almenas de tus ojos porque es allí donde existo y soy... y apenas vivo tejiendo versos impares... llorando lunas y lunas.
Aquí dejo la edición que con mi poesía "Me faltó el coraje" ha realizado mi buen amigo y poeta Bohemioe desde el canal youtube. Eternamente agradecida por tan hermoso regalo Bohe.
De repente se me mudó la voz en grito. Sin tu amor, la condena, la pena. De soledad por tu ausencia, llena. En tu silencio sordo mi locura. Sin tu puerto de caderas perdida.
De repente se me partió el alma por frágil. Se me desnudó la piel sin tu abrigo. Se presentó el estío a destiempo. Náufraga del color quedé nocturna.
De repente se desalojó la vida por derribo. Se silenció tu voz diáfano lamento.
Embriagada y muerta en vida.
De repente Doña Nadie de Cobarde, sin ti, mi vida Sin ti.
Sin ti, mi poesía dará vueltas, en la esquina del papel, será volutas, espirales de humo gris.
Sin ti, el verso se me hará perezoso como párpados nocturnos de niño. Mientras escucha mi canto de tinta china, le besaré las rimas, y meceré sus estrofas con caireles y soníos del romancero gitano; por dormirlo…tan sólo por dormirlo y que no me duela tanto que no me miren sus ojos. Con una nana, a solas con Federico se dormirá mi verbo.
Sin ti mi poesía monócroma, naufragó del color y quedó atrapada en un grito que me ahoga el alma.
Sin ti, tan sólo soy, aquí y ahora: tutú de estrellas... zapatillas de luna bailando de puntillas ante el viejo reloj de pared... quebrando mis deshoras.
Sin ti, corazón, abandono mi piel de mujer y regreso al acuoso elemento de mis lágrimas.
Con el alma en pie sin versos y sin vida, sin color ni melodía… SIN TI.
De lo que aconteció a Doña Inés tras la partida de Don Juan.
Hoy me pregunto Don Juan… ¿No serás tú aquel Tenorio diestro en el arte amatorio apostado en un diván, de almas que correrán conmigo la misma suerte? Empeñada en retenerte muerte doy a mis desvelos, al fuego arrojo mis celos y te adentro hasta tenerte.
Qué locura si a mentiras me enredaste el pensamiento Yo que entrego el sentimiento hasta al aire que respiras. Qué es de mi boca si expiras desprendido de mi instante. Qué de mi sexo anhelante, de mis pezones sin dueño. Dónde guardaré este sueño de un amor tan desbordante.
Sirva tu capa señor para quedar protegida cual novicia guarecida en tu convento de amor. Alejada del color esta Inés, alba, desnuda, contiene al rostro que muda en mi sonoro silencio. A muerte yo me sentencio, si se confirman mis dudas.
En la noche iluminada bajo la luz de la luna, reconozco cual ninguna el brillo de aquesa espada, mas…la mirada extraviada porta mi amigo Don Juan. De seguro el muy truhán veló por lance amatorio; que es famoso Juan Tenorio por tenorio,… y por don Juan.
¡A mis brazos fiel amigo! Decidme, por qué en deshoras, si aún no apunta la aurora venís a topar conmigo; imaginar no consigo qué hacéis lejos de un diván. ¿Dónde las dieron las dan y os desairó la novicia? ¿No sucumbió a las caricias de tan altivo galán?
¡Albricias Diego Tortosa! te recibo agua de mayo, pues entró mi alma en desmayo y arrastro como una losa la acometida ardorosa con que profané su altar. Vi la luz de su mirar y en su rostro, la ternura, fueron sus labios cordura de mi locura sin par.
Apoyado en mi rodilla hechizado por la luna con una luz cual ninguna cubriendo toda Sevilla, yo quise ser la barquilla… remero de su convento… ¡Oh qué dulce mi tormento ya prendido en su semblante! reconociendo al instante por su amor mi sentimiento.
Entonces…, a las palabras de amor… ¡sucumbió!
¿Y a tu abrazo…? ¡Se entregó!
¿De sus labios…? ¡la bebí!
¿En tu afán de enamorado…? ¡Amado!
Y…¿qué fue de la pendencia? ¡Mi sentencia!
Y…¿ la apuesta por ganar? ¡A pagar!
¡En su sonrisa viví y estoy dispuesto a morir Si no conservo su amor!
Pues,” a quién Dios se las dio San Pedro se las bendiga” mas no faltará quien diga que de nuevo Juan mintió, y que su amor prometió a la que del albo asoma; ya que de Sevilla a Roma os tendrán por un villano, y no por diurno milano conquistado por paloma.